Hay un proceso de árbol que se da en vida y que genera una carga inminente, ineludible, inmediata y, exponencial.

Esto se da cuando un ancestro, en su lecho de muerte, entrega responsabilidades a otro. Le entrega la posta de algún aspecto de su vida.

Ejemplos:

  • “Te pido te hagas cargo de tus hermanos cuando muera”
  • “Quiero que hagas que toda la herencia quede para tu hermana”
  • “Te pido cuides a tu padre”

Estas responsabilidades, que se asumen fuertemente desde el inconsciente del árbol, toman una fuerza multiplicada (son un “mandato”) por ser entregadas en el momento de la muerte ó por ser entregada en función de la muerte de la persona.

El vivo, vive para cumplir este propósito con un foco tan grande que, desde el inconsciente, desplaza muchos aspectos de su vida, empezando a vivir, en muchos casos, en torno a aquel propósito y desplazando sus prioridades, intereses y muchas veces, por completo su vida.

Este efecto se da:

  • Cuando la persona está aún viva y te pide que prometas a futuro hacerte cargo de algo… y tu accedes.
  • Cuando está en el lecho de muerte y te pide algo
  • Cuando muere en tus brazos (por ejemplo en un accidente, y te dice algo…)

Hace muchos años, trabajando yo en marketing y sin saber nada de esto, vi como la vida de una amiga cambió por este motivo. Mi amiga, a su vez, era amiga de otra chica, que estaba casada con un señor 22 años mayor. Un día, estando él bien de salud, le dice a mi amiga: “si algo me pasa quiero que me prometas que cuidarás de Sofía siempre”. Ella se lo prometió. Dos meses después, él murió repentinamente, y mi amiga empezó a cumplir su promesa. Ya era muy cercana a Sofía, pero empezó a estar mucho más cerca y armaba su agenda acorde con la de ella. Pese a estar casada y con hijos, se notó fuertemente como la balanza se inclinó a hacia esta amiga. Esto duró muchos años, después la deje de ver.

Como terapeuta, he visto personas que desde el inconsciente sabotean su vida económica, su desarrollo laboral, sus capacidades de ser independientes, de tener una familia, etc. por promesas hechas a otros en estas condiciones.

El mandato es tan rotundo que una persona adulta puede decidir “cuidar” a hermanos de edad media (más de 40 años) que trabajan y están sanos. Como fue una promesa hecha desde el inconsciente, esta persona no se va de la casa familiar donde ellos también habitan, sin casarse y bloqueando su desarrollo personal. La hermana sabotea sus resultados laborales, que la harían ser independiente, porque eso, desde el inconsciente, sería dejar de cumplir su promesa. Y eso no lo permite el árbol.

Esta “posta” no solo traba la vida de la persona que la recibe, también de los que son “encargados” y de las siguientes generaciones que se verán afectadas por esta gran interferencia.

Es tan fuerte este proceso, que muchas veces pasa desapercibido para el terapeuta y para la persona que lo ha incorporado como un mandato en su vida. Hay que preguntar directamente al cliente si esto ha sucedido. 

El siguiente paso es que el cliente quiera remover esta situación y liberarse y liberar a todos. Muchos dicen que no y, con ello, arrastran a las siguientes generaciones de sus hijos, nietos y más.

La única solución es:

  1. Tomar consciencia de estas promesas hechas y liberarlas dentro de una sesión de árbol y así liberarse y liberar a todos los involucrados.
  2. No prometer en este esquema de “posta de vida”.

Todos debemos crecer, nadie debe nunca hacerse cargo de otros adultos. Así no se bloquean los avances y oportunidades. Si la promesa ya está hecha, la única solución es liberarla.

*Este post no está enfocados a los niños, pero estos siempre deben permanecer con sus padres o con alguno de ellos como prioridad sobre cualquier otra persona. Ese es un tema aparte y también es un tema que tiene sus aristas.