Sanación de Drogadicción y Alcoholismo

Incluir al excluido – desde la terapia de árbol

En el trabajo del árbol familiar, cuando decimos drogadicto, nos referimos a la persona que consume tanto drogas como alcohol, ya que ambas son adicciones con la misma raíz. Es adicción a sustancia químicas que se ingieren.

A partir de ahora me referiré a esto con la palabra drogadicción.

Fidelidad Inconsciente:

La drogadicción no es casual y no está enraizada en sucesos de esta encarnación para el drogadicto. Si bien, lo que vive lo puede agudizar, la raíz no está en ello.

Desde el árbol, lo que se ha podido detectar, es que el drogadicto tiene una fidelidad inconsciente a un despreciado de una generación anterior o más atrás (padre, abuelo, bisabuelo).

El drogradicto, desde el inconsciente, es fiel a este despreciado que puede ser hombre o mujer.  Tienen una conexión de amor profundo e incondicional con él. En ese amor, su mensaje es: “por amor a ti me voy a volver tan despreciable como tú”.

De manera sistémica, el drogadicto se sacrifica por este ancestro, dándole el amor que los demás no le dieron y la drogadicción (o alcoholismo), es la forma de volverse despreciable para la sociedad, al igual que el ancestro.

El drogadicto, en su fidelidad inconsciente, busca ser rechazado también y, por ello generalmente, se casa con alguien que desprecia la drogadicción y por lo tanto a él (o ella). Así, desde el árbol, se sigue reforzando la situación.

El drogadicto siempre es un ser lleno de amor para dar

El drogadicto siempre es de una generación o varias más abajo que el despreciado o excluido.

Mayoritariamente, se ve que los despreciados son hombres, aunque si hay también mujeres. Hoy se ve mucha fuerza en el alcoholismo en mujeres, mucho más que en generaciones anteriores

Solución

Esa energía de desprecio necesita ser aceptada, amada y honrada. Mientras sea rechazada va a pertenecer al sistema familiar por completo y se va a seguir arraigando y arrastrando a las siguientes generaciones.

Además, rechazar o excluir a alguien de nuestro árbol en nuestra generación, genera drogadictos en las futuras.

Generalmente, la persona que realiza la sesión de liberación no es el drogadicto, sino alguien que tiene uno muy cerca suyo, ya sea un marido, hijo(a), hermano, padre. En esta sesión hay una clave que se ejecuta que abre las puertas a la sanación total del árbol.

¿Qué pasa con otras formas de sanar este tema?

He trabajado con personas que han realizado otros procesos de sanación, pero siempre veo que, si bien con algunos métodos hay algunos avances, los procesos no quedan cerrados y la sanación no se da.  

Al  estar viva la carga sin sanación hace que siga repitiéndose en las actuales generaciones y en las siguientes.

¿Qué pasa con una persona que ha dejado de tomar o consumir hace muchos años porque estuvo en Alcohólicos Anónimos?

Al haber parado el proceso de adicción, pero no haber sanado la raíz, esta fidelidad cambia de formato moviéndose a otros ámbitos de la vida de la persona. Aunque lo parezca, no se sana, no se cierra. Entonces, ya no toma o no consume drogas pero vive una vida donde la carga se muestra en formas como: está extremadamente solo, sin pareja, los hijos se alejan, no tienen trabajo, no se puede mantener económicamente, etc. Es decir, socialmente sigue teniendo la carga de desprecio de muchas maneras, y no puede avanzar hacia una vida sana, placentera, con amor.

Resultados

En sesión he podido ver como la madre que libera al hijo ve resultados a los días en como él se para frente a la vida, como se comunica, como se acerca a ella, como conversa. Se vuelve cariñoso, expresivo, presente y receptivo. Los cambios que hemos visto son bastante rápidos, aunque todo depende:
  – del nivel evolutivo de cada uno
  – de que el familiar que libera no tenga expectativas.

En el tiempo, los intereses del drogadicto cambian. Con ello, su forma de ver la vida, y como la vida lo ve a él. En algunos casos he visto que el cambio es inmediato (en una sesión) y definitivo.

No siempre se logra el 100% de la sanación en una sesión ya que, al hacer el proceso, esa “capa” del árbol se va, pero se empieza a ver la siguiente, y ahí puede que sea necesario hacer una sanación de otros aspectos que permanecían ocultos o en un segundo plano. Sin embargo, en la mayoría de los casos la sanación de da en una sesión.

Para los demás miembros del árbol (que no están en este proceso de adicción), se siente un gran alivio después de la liberación. La vida se hace más liviana, “es como subir varios escalones” han mencionado.

¿Quién sana a quién?

Todos tenemos hoy la potestad de entrar al árbol a:

• Incluir a los excluidos
• Incluir, honrar y dar total aceptación a los despreciados y
• desde ahí, sanar a los actuales drogadictos de nuestros árboles (sanación directa a la persona).

Quienes lo hacen comúnmente:

• Las madres o padres de hijos adictos
• Las parejas
• Los hermanos
• Los abuelos.

Es maravillo que así sea y que no tenga que ser solamente el mismo enfermo.

Esta situación nos pertenece a todos.